-Podría ayuda a producir un césped transgénico para campos de golf que se regase con agua salada.
Madrid, 11 may. (COLPISA, M. E.) Investigadores españoles han identificado un mecanismo celular por el cual las plantas detectan y se defienden de agresiones externas, como el exceso de sal, la sequedad o la falta de nutrientes en el suelo. El hallazgo, cuyas conclusiones publica hoy, viernes, la revista Molecular Cell, podría ayudar en el futuro a producir un césped transgénico que pudiera regarse con agua salada, lo que abarataría el riego de los campos de golf y reduciría su impacto ecológico, entre otras aplicaciones que apuntan sus autores. El director del estudio, Armando Albert, investigador del Instituto de Química Física Rocasolano (CSIC), en Madrid, explica que el descubrimiento ayudará a crear plantas modificadas genéticamente que puedan crecer en suelos salinizados, así como a encontrar variantes naturales con mayor resistencia a la sal. En la revista, Albert explica que las plantas detectan y se defienden de un estímulo externo mediante un mecanismo molecular, en el que actúan “las proteínas quinasas y fosfatasas”. Estas proteínas se organizan formando “rutas de comunicación que perciben los estímulos ambientales y los transforman en una señal química que, finalmente, desencadena una respuesta”. La investigación ha tomado como modelo a la ‘Arabidopsis Thaliana’, pero es aplicable a otras plantas, como el arroz o la soja. El exceso de sodio en el suelo es tóxico para las plantas y desajusta el equilibrio entre las distintas sales necesarias para un crecimiento normal. En situaciones de estrés salino, las plantas deben mantener bajas las concentraciones intracelulares de sodio. Para lograrlo, las dos proteínas implicadas bombean el exceso de sodio fuera de la célula y reestablecen el equilibrio salino de la planta. El hallazgo facilitará una búsqueda sistemática de especies naturales que presenten alteraciones en estas proteínas, o bien preparar modelos vegetales transgénicos resistentes a la sal. Además, podría tener implicaciones biomédicas, porque “muchos de los procesos esenciales que las células realizan se encuentran regulados por la acción de quinasas y fosfatasas. El origen de muchas enfermedades, incluidos algunos tumores, se encuentra en errores en el proceso de señalización de estas dos proteínas”, concluye Albert.
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